Hace unos días me levanté por la mañana; una vez más con dolor de espalda, de cuello, de hombros; zombie y cansada como si hubiera hecho una rutina fuerte de ejercicios, una vez más....
Y me detuve a pensar : ¿hace cuanto que voy así?.
La respuesta es: hace dos años y medio.
Ese mismo día me dije: HOY EMPIEZO. Y así fue, decidí al fin intentar destetar a María Antonia esperando que me ligara. Ya no podía más. Mi cuerpo y mis ganas ya no podían más.
Tiene dos años y medio, ya está lista para entender algunas cosas; entonces lo primero que hice fue hablar con ella:
- “Hijita me duele mucho la tete, por favor duerme a mi lado, seguiremos durmiendo juntas pero sin tomar tete porque me duele”.
Ella lo entendió de inmediato, y no fue difícil porque al ver mis senos súper raspados y maltratados reaccionó preocupada por la tete y por mí.
Desde esa vez y hasta ahora ella habla de mi dolor de senos (le cuenta a todo el mundo), y asumió que ya no debía tomar más por mi bienestar. Siempre me pregunta si me duelen y hasta quiere ver las heridas que tengo en los senos (están rojizos y descascarándose desde hace meses).
Ahora toma biberón 🍼.
Sinceramente me sentí aliviada porque el proceso fue tranquilo. Antes, cuando pensaba en el momento del destete pensaba que iba a ser algo difícil, duradero y complicado.
En este caso creo que la edad la ayudó mucho a comprender la situación. Con Adriano también funcionó todo muy tranquilo y su destete fue poco antes de cumplir los dos años.
El destete es un momento que a veces las mamás ansiamos por diferentes motivos. En mi caso era el cansancio acumulado, las malas noches (en dos años y medio no he dormido bien ni una sola noche, y no estoy exagerando), los dolores cada mañana; y también buscaba sentirme un poquito “liberada” por decirlo así.
Pero no puedo dejar de mencionar que al mismo tiempo, al terminar esta maravillosa y única etapa siento cierta nostalgia y hasta pena.
La lactancia es un acto de amor único e irreemplazable. Mi hijita ha lactado más de dos años y sé que lo hacía por el vínculo que había y generaba entre nosotras, mas no por la leche. Ahora quiere dormir pegadita a mi, hasta se echa encima mío.
Hoy duermo un poco mejor, aunque se sigue despertando y me busca para estar a mi lado, por momentos dormimos juntas.
Al recordar la conexión que teníamos cuando le daba de lactar siento nostalgia y extraño el sentimiento; pero entiendo que todo es parte del proceso, tanto para ella como para mí. Felizmente nos apapachamos bien.
Aprovechen y disfruten la etapa de la lactancia que cuando termine culminará la etapa de apego más grandiosa entre mamá e hijo ♥️.
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